El diario plural del Zulia

Desalojados de Kay-Kay están a disposición de trabajar bajo condiciones de la Alcaldía

El 19 de diciembre de 2018 fue anunciada la intervención del improvisado mercado, que tuvo su génesis por el operativo de Las Pulgas, el pasado 26 de septiembre

"No vamos a convivir con la economía ilegal, todo aquel que quiera tener una actividad económica en Maracaibo, tiene que ser de manera formal, inscribirse en el Sedemat", reiteró el alcalde Willy Casanova el pasado 1° de enero, mientas desalojaba a los comerciantes del mercado Kay-Kay, ubicado en el Casco Central.

Desde entonces, los buhoneros, que anteriormente desempeñaban su labor en Las Pulgas, quedaron otra vez en la nada y esperan ser reubicados por las autoridades.

El burgomaestre dijo que en algún momento se acordó una tregua con la economía informal que incluyó condiciones específicas, sin embargo, aseveró que la mayoría de los vendedores no respetaron los acuerdos y se formó una especie de reducto de "las mafias" del centro en Kay-Kay.

Un grupo de vendedores, que se apostaron de nuevo en el mercado tras el desalojo de los tarantines, desmintieron la afirmación de Casanova y se describieron como "padres de familia responsables" que solo quieren trabajar pero "no los dejan".

Mientras expedía una papeleta de jabón en polvo exhibida en su mesa, Jessica Moro recordó su preocupación por la comida de sus tres hijos.

Quieren que haya más desastre, que uno salga a robar para poder comer. Nosotros venimos a laborar civilizadamente. Vine de nuevo a Kay-Kay, vine con mi mercancía y aquí estoy. Ellos (Gobierno) son los que nos impiden vender normal, pero del cielo no nos va a caer comida y no puedo morirme de hambre

Decenas de personas, que se niegan a abandonar su oficio, piden a la Alcaldía y a la Gobernación dialogar y llegar a un acuerdo sobre su futuro.

"Así sea con las condiciones que ellos coloquen, nosotros necesitamos trabajar. No somos ladrones y aquí no hay mafias ni ventas de drogas. Quieren que nos  inscribamos en el Sedemat pero que nos ayuden a hacerlo, que nos orienten. En Kay-Kay trabajamos organizadamente junto a la corporativa del centro comercial. Estamos aquí para insistir y demostrar que somos personas de bien y luchadoras", dijo Yefrey Puerta, vendedor de chupetas.

Mencionaron, además, los proyectos que tienen para el mercado que surgió tras la intervención de Las Pulgas el pasado 26 de septiembre.

Nosotros los buhoneros tenemos planes para que nos dejen trabajar aquí. Como por ejemplo colocar el techo, instalar un sistema de cloacas, contratar personal de limpieza para mantener aseado el lugar, organizarnos bien en el estacionamiento. Sabemos que antes del desalojo éramos muchos pero queremos ser más organizados, explicó Gloria Pérez, quien ofrece cubitos al comprador.

Contrario a los comerciantes, una residente en las cercanías de Kay-Kay, que prefirió mantener su nombre en el anonimato, se mostró agradecida con las autoridades municipales por la acción.

Denunció que en el mercado, los buhoneros estaban remarcando los precios, incluso con complicidad de algunos efectivos de los cuerpos de seguridad que custodiaban el lugar.

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