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Codhez: Cinco parroquias de Maracaibo padecen grave inseguridad alimentaria

El 100% de los hogares encuestados reportó que alguna vez en los últimos tres meses se preocupó porque los alimentos se acabaran, tuvo una alimentación no saludable, los adultos dejaron de hacer alguna comida y la familia se quedó sin alimentos por falta de recursos

Bolívar, Cacique Mara, Idelfonso Vásquez, Manuel Dagnino y Venancio Pulgar son las parroquias de la capital zuliana con mayor inseguridad alimentaria. Así lo demuestran los resultados de la Encuesta sobre la Seguridad Alimentaria en la ciudad de Maracaibo realizada por la Comisión para los Derechos Humanos del Estado Zulia (Codhez) bajo los parámetros de la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria (ELCSA) en 800 hogares de las 18 parroquias que conforman este municipio.

En las mencionadas cinco parroquias, el 100% de los hogares encuestados reportó que alguna vez en los últimos tres meses se preocupó porque los alimentos se acabaran, tuvo una alimentación no saludable, los adultos dejaron de hacer alguna comida y la familia se quedó sin alimentos por falta de recursos. Con estos resultados, se comprobó en ellas la existencia de los diversos niveles de inseguridad alimentaria, desde el grado más leve, caracterizado por la preocupación por el acceso a los alimentos; el moderado, manifestado en restricciones en la variedad, calidad y raciones de los alimentos; y el grado más severo, cuya es evidencia es el hambre sin que existan recursos para contrarrestarla.

Otro elemento que tienen en común estas cinco parroquias es que todos los hogares encuestados consideraron al gobierno nacional como el principal responsable de la mala alimentación en la comunidad. Mientras que cuatro de ellas —Bolívar, Idelfonso Vásquez, Manuel Dagnino y Venancio Pulgar— señalaron a los consejos comunales como el segundo responsable. Asimismo, la totalidad de los hogares encuestados en estas cinco parroquias reportó haber adquirido la caja CLAP en alguna oportunidad y la frecuencia de recepción más común fue de tres o menos veces al año, con excepción de la parroquia Idelfonso Vásquez, donde la mayor parte de los hogares la recibe cada dos meses.

Además, el 90% de los hogares de estas parroquias señaló que tanto niños como adultos sintieron hambre pero no comieron, con excepción de Bolívar, donde esto ocurrió con respecto a los niños en 83% de los casos. En esta parroquia que alberga al centro del poder político de Maracaibo e importantes mercados populares, ninguno de los hogares reportó que los adultos comen tres veces al día. Igualmente, los niños también viven en condiciones de inseguridad alimentaria: el 83% de los hogares reportó que alguna vez en los últimos tres meses los niños sintieron hambre pero no comieron por falta de recursos.

La parroquia Cacique Mara también muestra un panorama alarmante: ninguno de hogares encuestados reportó que los niños comen tres veces al día con regularidad.

En esta zona, la tasa de hogares donde alguna vez en los últimos tres meses, por falta de dinero u otros recursos, los niños comieron dos o más veces es del 73%, mientras que son más bajas las de los hogares donde hicieron una comida (12%) o no pudieron comer nada durante todo un día (15%). En contraste, estos hogares informan que alguna vez en los últimos tres meses los adultos comieron dos o más veces (15%), una vez (70%) o nada (15%). Comparando la situación de los adultos y los niños en los hogares de Cacique Mara cuando faltan dinero u otros recursos, es posible presumir que los adultos renuncian a una comida para que los niños se alimenten al menos dos veces al día.

Esta realidad también está presente en la periferia. En la parroquia Idelfonso Vásquez,ubicada al noroeste de Maracaibo y con la mayor tasa de personas wayuu en la ciudad, apenas el 2% de los hogares reportó que los menores comen tres veces al día. Aunque el 70% de las familias informó que los adultos acostumbran comer 2 veces al día, alguna vez en los últimos tres meses en 94% de los hogares comieron apenas una vez o no pudieron comer nada durante todo un día, la tasa más alta de la ciudad.

Al sur de la capital zuliana, en la parroquia Manuel Dagnino, el 100% de los hogares reportó que los niños alguna vez sintieron hambre pero no comieron por falta de recursos en los últimos tres meses. El 12% de los hogares reportó que los niños comen una vez al día con regularidad, aunque alguna vez en los últimos tres meses, por falta de dinero u otros recursos, en 71% de las familias comieron solo una vez en el día —la tasa más alta de Maracaibo.

Otra parroquia ubicada en la periferia de la capital zuliana y con similares padecimientos es la parroquia Venancio Pulgar. En ella, la totalidad de los hogares con niños reportaron que alguna vez en los últimos tres meses, por falta de dinero u otros recursos, estos dejaron de tener una alimentación saludable, omitieron una comida, comieron menos de lo debido, tuvieron menos cantidad de alimentos servidos, y sintieron hambre pero no comieron. Sin embargo, la inseguridad alimentaria no solo la padecen los niños de la parroquia: en 8% de los hogares los adultos a veces no comen en todo el día, mientras que en 18% acostumbran comer una vez al día.

Aunque Bolívar, Cacique Mara, Idelfonso Vásquez, Manuel Dagnino y Venancio Pulgar son las parroquias que padecen un mayor grado de inseguridad alimentaria, otras parroquias de la capital zuliana no escapan a este flagelo. En general, el oeste de Maracaibo vive en peores condiciones en comparación con la zona este. Por esta razón, con el propósito de asegurar una efectiva asistencia humanitaria, es urgente diseñar e implementar un plan estratégico de atención a las parroquias periféricas de la ciudad.

Asimismo, según la encuesta, la crisis en la prestación de los servicios públicos agrava la inseguridad alimentaria de los habitantes de Maracaibo. Todas las parroquias se han visto afectadas por las constantes fallas eléctricas y en los servicios de agua potable y gas doméstico. Cualquier esfuerzo por proveer ayuda a la población no solventará la grave situación de inseguridad alimentaria a menos que los marabinos cuenten con servicios de calidad, cuya prestación exclusiva corresponde al Estado venezolano.

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