Choferes rompen billetes de Bs. 100
“Qué es esto”, le preguntó un colector de la línea de autobuses CurvaCountry a Carla Gutiérrez, quien le pagó Bs. 6.000 con billetes de 100 bolívares.
En el Zulia, el cono monetario “nuevo” -el último hasta ahora- no llega a las manos de todos: la joven no contaba con papel moneda de alta denominación. Eran las 12:00 del mediodía de un jueves. No se justificaba el cobro excesivo del pasaje que, según lo avalado por el Instituto Municipal de Transporte Colectivo y Urbano de Pasajeros de Maracaibo (Imtcuma), vale Bs. 2.500 de lunes a viernes y Bs. 3.000 durante los fines de semana.
“Ajá, ¿qué vamos a hacer?”, volvió a interrogar el hombre, con tono de disgusto. “No tengo más”, le contestó Carla. Y el encargado de recoger el dinero arrojó el fajo por la ventana del bus, ante la mirada atónita de los presentes.
Desconocen al marrón
Algunos conductores del transporte público rechazan el billete que el Gobierno nacional mantiene en circulación. Alegan que los vendedores de víveres les exigen efectivo grueso.
“A nosotros no nos quieren recibir el billete de 100 en ninguna parte. No lo quieren recibir ni siquiera los buhoneros, mucho menos los comercios”, aseguró a Versión Final, Erasmo Alián, presidente de la Central Única de Trabajadores de Transporte.
Yasmín Ochoa vende plátano en su casa en San Francisco. Tres veces por semana acude al centro de Maracaibo para adquirir el rubro. Buena parte de lo que gana lo gasta en pasajes.
“Los choferes dicen que en la frontera no les aceptan los billetes de 100. Pero yo no vivo en la frontera, tienen que recibirlos. Al billete lo están eliminando los mismos venezolanos”, dijo.
Deisy Méndez es otra de las decenas de personas afectadas. El conductor de una vans le pidió Bs. 8.000 por llevarla del Kilómetro 4 hasta el casco central marabino, a las 10:30 de la mañana de ayer.
“Yo tenía solo billetes de 100 y, como le dije que no tenía más, me los lanzó encima”, manifestó la estudiante de Contaduría Pública, quien hizo un llamado de ayuda al Imtcuma.
