El diario plural del Zulia

Carmen Rivera: “Me quedé en la calle con mi mamá”

El diagnóstico del médico dice Adenopatía con nódulo bilateral en tercer grado. Carmen Rivera dice que su médico oncólogo le dijo que era cáncer y debía operarse de inmediato: “¿Cómo me opero si no tengo casa?”.

No para de llorar. Una lágrima tras otra y el enrojecimiento de su cara denotan la depresión que siente hace dos años. Se siente fuera de sí porque no está acostumbrada a verse en ese estado. Así, repitiendo ropa y llorando a cada instante. Su manos pasan una encima de la otra en segundos, “ya me agarraron los nervios otra vez”, dice.

La alegría para ella llegó en el 2014 cuando el Gobierno nacional le asignó una casa de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV). Unas 20 familias ocuparon la etapa II, edificio IV de la Villa Las Camelias, ubicado en el municipio La Cañada de Urdaneta. La inauguración y la esta.

Al siguiente día un olor nauseabundo provocó la fatiga de la familia de Carmen. Su mamá de 87 años fue la primera en sufrir las consecuencias. No sabían qué sucedía hasta que vieron salir por el sanitario el excremento. Rápidamente se extendió por todo el apartamento y los Rivera perdieron todo. “Me quedé sin línea blanca, sin ropa, sin colchones. Esto es muy feo, no se lo deseo a nadie”. Así lo narra Carmen mientras entramos a su vivienda que fue declarada inhabitable por los mismos funcionarios de la GMVV.

En una carpeta tiene guardadas todas las cartas que ha enviado a los tres niveles de Gobierno. Distintos despachos: Defensoría del Pueblo, Secretaría General de Gobierno, Vivienda y Hábitat, Alcaldía de La Cañada de Urdaneta y otras más. Todos firman recibido, todos han dado órdenes para atender su caso a la brevedad posible “y a la final no hacen nada, es un total peloteo”, sentencia Carmen.

Tres días estuvo durmiendo frente a la Residencia Oficial del gobernador Francisco Arias Cárdenas. Allí pernoctó junto a un grupo de mujeres quienes sí lograron ser atendidas por funcionarios del Ejecutivo regional. Ella minutos antes tuvo que irse. Su hipertensión hizo estragos y se marchó.

Una bomba de tiempo

Los vecinos no quisieron hablar sobre el caso. No son afectados directos porque viven en los apartamentos de la parte superior del complejo residencial. Todas las necesidades fisiológicas que ellos hacen van directo a la casa de Carmen y a la de su vecino Javier Guanipa quien es paciente de insuficiencia renal.

Mildred Ferrer fue la única que venció el miedo, dijo que tuvo que hacer un muro frente a la puerta de la vivienda donde reside para que el agua podrida no entre desde la casa de Carmen. “Mi vecino está enfermo y eso lo ha empeorado mucho. Yo tuve que donar un tubo para que esa agua fuera directo de nuevo a las cloacas. Eso es un peligro porque en cualquier momento puede explotar”, explicó.

No todos los residentes quisieron hablar. El temor de no tener los títulos de propiedad de la vivienda los dejó sin palabras.

Desde hace dos años me quedé en la calle con mi mamá, mis dos hijas y mis dos nietos”. Carmen quiere una audiencia con el Gobernador para solicitarle la indemnicen por todas las pérdidas que tiene, las materiales, porque las psicológicas está segura que son impagables.

Ella se autodenomina revolucionaria pero está segura que el presidente Chávez le hubiese resuelto. Su mamá tiene cáncer de piel y requiere un lugar limpio para vivir y ella no puede estar deambulando luego de la intervención quirúrgica a las que tiene que someterse para extirparle el cáncer.

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