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Buhoneros del Callejón denuncian extorsión en dólares para frenar demolición de tarantines

Alcaldía de Maracaibo habría exigido un monto de $ 500 para evitar el desalojo

Los planes de intervención del Casco Central de Maracaibo continúan. Desde el 1° de enero, la Alcaldía puso mano dura a los comerciantes informales que se niegan a abandonar su oficio, pues es la “única labor que saben hacer”.

Durante el primer amanecer el año, los buhoneros apostados en el mercado Kay-Kay fueron desalojados y maquinaria pesada removió los tarantines. Este miércoles fue el turno del Callejón de los Pobres, uno de los lugares comerciales más reconocidos para los marabinos.

En horas de la mañana, retroexcavadoras manejadas por personal de la Alcaldía sorprendieron a los trabajadores de las calles y avenidas aledañas a la calle 99 Comercio. Arbitrariamente, comenzaron a derribar sus puestos de trabajo por no pagar impuestos ni permiso comercial.

Jesús Núñez, comerciante con 50 años de labor en el Callejón, denunció que los representantes gubernamentales cobraron 500 dólares a los dueños de los tarantines para no derribarlos.

Cómo es posible que vengan a la fuerza a destruir en un segundo nuestros años de trabajo digno. ¿De dónde voy a sacar 500 dólares para dejar mi puesto? Eso lo hacen porque saben que no todos tienen para pagarlos y decidimos que quitaríamos todas las mesas, contó.

Para Álvaro Mesa es una situación “indignante” porque “quedé en la calle y mis hijos también”.

Con más de 30 años de trabajo informal, pide al Gobierno local que deje de “extorsionar” con divisas a los buhoneros “porque somos personas pobres y honradas” y les ofrezcan soluciones para continuar su desempeño diario.

Ya no sabemos qué hacer. Nosotros no manejamos dólares. Será que quieren que salgamos a la calle a robar porque no sabemos hacer otra cosa. Solo queremos seguir aquí o en donde nos reubiquen pero trabajando. Tengo tres hijos a quienes debo darles de comer, relató.

Los trabajadores informaron que la excusa dada por el gobierno municipal es que por el Callejón pasará un tranvía y la iglesia abandonada que está en la calle 11 se convertirá en una fuente de soda, pues quieren convertirlo en una zona turística.

La comerciante Zoraida Mesa aseguró que los funcionarios les dijeron que "quitaran los techos y las demás cosas porque iban a pasar con la máquina a tumbarlos, y a los del callejón de toda la vida, que tenían que pagar $ 500 para poder quedarse allí. Como algunos podían y otros no, tomaron la decisión de tumbarlos igual".

El operativo lo lideró el director de gestión urbana de la Alcaldía, Daniel Boza, quien informó que llegó a un acuerdo con las personas para que terminaran de recoger los tarantines hasta el mediodía de hoy.

Pero los ciudadanos exigen una reunión con el alcalde Willy Casanova para llegar a un acuerdo sobre su futuro.

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