El diario plural del Zulia

Bajones arrasan con aires, neveras y televisores mientras los costos se disparan

Artefactos domésticos se vuelven inasequibles para las familias con ingresos promedio. Los precios oscilan entre los 70 y 120 millones de bolívares, mientras las fallas eléctricas amenazan la perdurabilidad

Tras dos apagones seguidos el televisor de 42 pulgadas, instalado en la sala de la familia Torres, vecinos de Los Claveles, no volvió a encender. El técnico del barrio le dijo a Ubaldo, padre del hogar, que se fundieron varias piezas “difíciles de conseguir”.

En otro hecho similar, la nevera de  Natalia Vera comenzó a “sonar raro”. Al tercer día otro bajón fulminó la unidad. En Zapara, dónde reside, desde hace 15 días aproximadamente castigan a los habitantes con dos o tres horas sin servicio eléctrico por las noches. Una cava y dos bolsas de hielo mantienen la carne para Vera y sus dos hijos de 14 y 16 años.

Hace un mes Jesús Méndez no duerme con su hija de un año ni su esposa Geraldine Pirela. El aire acondicionado del cuarto que compartían los tres ya no enfría, luego de una semana intensa de fluctuaciones, en Cumbres de Maracaibo. La mujer y la pequeña se mudaron a casa de la abuela mientras papá resuelve.

Estos escenarios se repiten en cientos de hogares marabinos. Poco a poco electrodomésticos y bienes van dejando de funcionar debido al déficit en el sistema eléctrico, que desde inicios de 2018 acentuó las fluctuaciones.

El costo de la reparación del televisor de los Torres ya va por un millón de bolívares. Pero aún falta una pieza. “El técnico tiene una semana buscándola y nada. Ya tenemos dos meses sin televisor, porque era el único que había en la casa”, contó Ubaldo. Por las noches la familia ya no se reúne a ver series o películas.

Natalia gana tres sueldos mínimos más cestatiques. Aproximadamente unos 2 millones 100 mil bolívares. El 90 % del ingreso se va en comida. No tiene para reparar la nevera.

“No sé qué hacer. La nevera es lo más indispensable en una casa  y ahora quedamos a la deriva. Tendré que mandar a mis hijos por un tiempo a casa de mi papá”, señaló la madre.

Para Jesús y Geraldine exponer su bebé a dormir con calor y rodeada de sancudos es una crueldad. No se arriesgan. El padre con su trabajo de latonero solventa las necesidades familiares. Poco a poco reúne lo que queda al mes para comprar otro aire. Los fondos aún no cubren ni la mitad del costo.

Ni nuevo ni usado

Nevera, televisor y aire acondicionado. Indispensables en un hogar para un nivel de convivencia estable se volvieron inalcanzables para una familia promedio. Los costos generalmente calculados en base a una tasa de dólar paralelo son inasequibles.

Un televisor similar al que se le dañó a Ubaldo oscila entre los 300 dólares usado. Calculado al precio de Dolartoday, en bolívares supera los 70 millones. Sin embargo hay modelos más antiguos que pueden conseguirse entre los 7 y 10 millones, también de segunda mano.

El frigorífico averiado en casa de Natalia, de dos puertas, con dispensador de hielo y agua, con dos años de uso, cuesta unos 75 millones de bolívares. Para adquirirlo la mujer tendría que trabajar y ahorrar su salario íntegro durante tres años seguidos. El refrigerador nuevo supera los 100 y 120 millones de bolívares.

Jesús consiguió una “ganga”: un aire tipo split en 50 millones. Con un préstamo logró completar el dinero para comprarlo. Estima que saldar la deuda, más los intereses, le tomará unos cinco meses, si le va bien.

El mismo aire usado está ofertado también en 75 millones en diferentes páginas web destinadas a la compra y venta de artículos. Nuevo cuesta de 98 a 100 millones en los mismos sitios de internet.

Ubaldo, Natalia y Jesús, coinciden en que el servicio eléctrico no solo en Maracaibo, sino en todo el Zulia “es una calamidad” que está dejando sin patrimonio a las familias que en algún momento lograron con trabajo y esfuerzo equipar su casa.

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