El diario plural del Zulia

Bajo la mascarilla de gas y el casco de la Cruz Verde

“¡Muchachos necesitamos ayuda aquí”! -“Yo voy”. Gritaba Paúl René, levantando la mano. Siempre dispuesto.

Formaba parte de la cuadrilla que siempre iba al frente. Bajo una máscara de gas y un casco con el símbolo de la Cruz Verde, que representa a la Brigada de Rescate de la Universidad del Zulia (LUZ), Paúl Moreno comenzó a salvar vidas a finales del mes de abril, una semana después de que estudiantes de Medicina conformaran el grupo de rescate.

Calmado y sereno, lo describe Giovanni Varela, coordinador de los rescatistas. Indispensable para el equipo que debutó el 19 de abril, en las marchas convocadas por la oposición.

Nadie lo invitó a formar parte. Él llegó solo. Su necesidad por “resistir y ayudar a resistir” lo empujó, relata Alejandra Montilla. Compartían materias en la Facultad de Medicina, porque las iniciales de sus apellidos coinciden.

Alejandra llevaba una pancarta con esa frase por la avenida Universidad, el pasado 24 de mayo, marchando por el país que Paúl quería. Siempre lo acompañaba a protestar, menos cuando salía con la brigada, porque allí él solo se centraba en salvar vidas.

“Ese día no salí con él, porque tenía un examen muy largo y tenía que estudiar. Si lo hubiese hecho, probablemente hubiese estado sentada a su lado en esa isla, como siempre”, expresó Alejandra, sigue sosteniendo en alto las palabras de Paúl.

Ahora la brigada llevará su nombre. Seguirán formándose para brindar un servicio cada día más e caz, y que el nombre del joven estudiante de Medicina siempre resalte, comenta Giovanni.

Las gestiones para adscribir el equipo al Vicerrectorado Académico de LUZ van viento en popa. El paso de Paúl por el grupo fue corto, pero no en vano.

Atento y destacado en el aula. Quería graduarse con la distinción Cum Laude, como uno de sus mejores amigos, Steven Consuegra, relata Jaibel Fuenmayor, amiga y compañera de los pasillos de la facultad.

Su lucha

Desde que las manifestaciones arreciaron en el país, Paúl se dedicó a las calles, no solo como rescatista sino también como luchador social. Dejó de asistir a clases como muchos de sus compañeros para salir a protestar.

Sus redes sociales, desde el mes de abril, se colmaron de imágenes en honor a la lucha, que junto a sus compañeros y amigos emprendió por el país.

Constantemente, enviaba mensajes contundentes, expresando su descontento con el Gobierno de turno o alentando a quienes en la calle exponían la vida.

“Falta poco mi Venezuela. Nos hemos calado 18 años de una inservible ideología que nos arrastró, destrozó y separó un país entero, si hemos aguantado todos estos años, claro que podemos soportar días o meses en las calles, reclamando lo que por ley nos pertenece: nuestra amada libertad y democracia”, escribió el 21 de abril en su cuenta de Instagram.

Prosiguió pidiendo unión. “Ya el tren arrancó y no nos baja nadie hasta llegar a nuestro destino: una Venezuela libre, segura, feliz y unida como alguna vez lo fue”, expresó el estudiante.

Por encima de quien sea, Paúl defendía sus ideales. Esos que lo llevaron una y otra vez a las calles, que lo vieron pedir “libertad” por última vez la tarde del 18 de mayo.

Un médico nato 

Durante los casi cinco años que el joven de 24 años cursó de la carrera de Medicina, demostró que se formaba para ser de los mejores. “Se destacaba en sus prácticas. En Traumatología, en Cirugía. Le encantaba estar en una emergencia”, recordó Alejandra.

Realizó sus prácticas de preclínica de pediatría en el Hospital de Veritas y en el Hospital Central de Maracaibo cursó las de semiología junto a la joven.

“Nunca faltó a sus guardias de práctica. Siempre con buen humor y dispuesto a aprender. Serio cuando debía y atento, sobre todo”, relata Néstor Castillo. Compartió las prácticas de Pediatría con el rescatista.

Resaltante en cada faceta. Paúl René Moreno Camacho sembró un legado que permanecerá en la memoria de quienes compartieron días a su lado, e incluso, de quienes descubrieron su corta, pero ilustre historia entre las líneas periodísticas y el relato de su vil asesinato.

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