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“Bachaqueo” por encargo aumenta en San Francisco

La imaginación no tiene límites cuando de buscarse una platica extra se trata, así lo manifiestan algunas habitantes del municipio San Francisco dedicadas al “Bachaqueo light”, término que utilizan para calificar su labor diaria.

A pesar de la dura batalla emprendida para evitar el contrabando de alimentos y productos regulados, ha sido difícil erradicar las colas y compras por parte de personas que sólo buscan desvirtuar el proceso de distribución de los productos básicos como harina, aceite, azúcar, mantequilla, papel sanitario, entre otros.

Y es que en la zona sur “el encargo” es otra de las modalidades adoptadas para abastecer a aquellas personas que no desean o no puedan realizar las inmensas colas y obtener su alimento. Este impedimento es aprovechado por las denominadas “bachaqueras light”, quienes son solicitadas diariamente para llevar hasta la puerta de sus casas lo necesario.

¡Es muy fácil!, dijo una de las que presta el servicio, quien no quiso revelar su nombre por temor a ser sancionada. Sin embargo, muy orgullosa explicó que hizo del “bachaqueo” un modo de vida con muy buenos dividendos.

“Antes estaba sin hacer algo en la casa, ahora por lo menos me gano unos cobritos y la paso bien con mis colegas”, aseguró la mujer de unos 42 años aproximadamente.

Describió que lo primero es hacerse amiga de los vigilantes de los diferentes supermercados de la zona, pues son ellos quienes a través de mensajes de texto, les informan la hora y el día que llegarán los camiones con determinado productos.

Una vez conocido el rubro que se expenderá, las mujeres llaman a sus clientes para informar lo que estará a la venta. De esa manera comienzan con libreta en mano a anotar los pedidos. En muchas de las ocasiones no realizan colas, ya que la conexión con los vigilantes les permite entrar y salir varias veces.

Sin embargo, cuando la Guardia Nacional Bolivariana está presente, a veces, se ven obligadas a realizar las colas. Luego al comprar los productos le incrementan más del 80 % del valor real. Es decir, que si un kilo de azúcar cuesta Bs. 380, las “bachaqueras light” lo venden a mil 800 y hasta dos mil bolívares.

Luego de su faena diaria por varios establecimientos de la zona sur, estas mujeres reparten a sus clientes los encargos. Ellas refieren que a estas personas no les importa pagar “un poquito” más con tal de no perder horas en una cola o simplemente por evitar pedir permiso en los trabajos.

Dicen no tener mucho temor a las autoridades. Aseguran que “esta práctica no se acabará tan fácil y si así fuese tendrán que arrestar a cientos de personas”.

En cuanto al término “light” las involucradas comentaron que es una manera de suavizar el concepto de “bachaquera” y además que ellas ayudan a otras personas, no las perjudican. 80% es el aumento en el precio que le aplican los “bachaqueros” “Nosotras llevamos felicidad a las familias, pues pueden comer arepas con mantequilla, tener arroz, el azú- car, la leche y el aceite para cocinar, por un poquito más”, indicó la dama.

Operativos policiales

A juicio del concejal y coordinador de la Dirección de Alimentación de la Alcaldía de San Francisco, Eduardo Álvarez, esta práctica se está desvaneciendo rápidamente. Operativos especiales para decomisar alimentos y productos a sobreprecio se desarrollan en la ciudad sureña. Se incautan los rubros de la cesta básica ofrecidos a precios exagerados en los establecimientos comerciales, mesitas, sitios clandestinos, casas, locales, entre otros.

“Hacemos un llamado a la ciudadanía para que haga valer sus derechos y denuncie a estas personas. Nosotros haremos el trabajo”.

Para el edil, en la jurisdicción el bachaqueo de gran escala disminuyó notablemente; incluso, con la distribución de alimentos a través de los CLAP, los ciudadanos han podido obtener los productos de manera legal y a precio justo.

Álvarez reconoció que aún persisten pequeños grupos particulares que hacen de la compra desenfrenada de alimentos regulados una manera de comercializar y ganar dinero rápido y en grandes cantidades. Con la intervención oportuna de los funcionarios de Polisur, Policía Nacional Bolivariana y los fiscales del Sistema Integral de Certifi cados y Solvencias Únicas Municipales (Sicsum), aseguró que el negocio inescrupuloso se acabará de manera efectiva.

Para el vocero gubernamental los ciudadanos de esta localidad han aprendido a no caer en las aguas de los bachaqueros, al hacer del intercambio o trueque una manera más fácil y honesta de adquirir los alimentos y productos de higiene personal.

En cuanto a los decomisos que se realicen en los operativos especiales, dijo que se irán como beneficencia a instituciones públicas como Siribsur o la casa Negra Matea; también y dependiendo de la cantidad se realizarán ventas a cielo abierto.

“Aquí en San Francisco, el bachaquero tendrá que irse a especular a otro lado, porque para eso estamos trabajando duro, para evitar que sigan desangrando al pueblo”, insistió Álvarez.

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