El diario plural del Zulia

Antidiarreicos escasean un 63 % en Maracaibo

Jesús Espinoza “pasó un susto” con su hijo David Enrique, de siete años. Hace una semana, el pequeño se descompensó durante la noche. Presentó diarrea y su progenitor no encontraba los fármacos que le recetaron en un ambulatorio del sector Pomona.

La búsqueda de bactrón inició en las farmacias de la zona. Al día siguiente, continuó en establecimientos de la avenida La Limpia, ya que el padre de familia escuchó que cerca de La Curva de Molina había variedad de medicamentos.

“No se consigue desde junio, aproximadamente”, le indicó la encargada de un expendio de medicinas en la zona oeste de Maracaibo.

Situación en el país

Organizaciones no  gubernamentales como Convite realizan boletines de monitoreo sobre el derecho a la salud en el Área Metropolitana de Caracas, Maracaibo, Barquisimeto, Mérida y Porlamar.

Según su última encuesta, efectuada a finales de octubre, el desabastecimiento de tratamientos para la diarrea en la capital zuliana se ubicó en 63.4 %.

Para la encuesta se tomó una muestra de 31 farmacias, distribuidas en 15 parroquias, entre las que se encontraron: Antonio Borjas Romero, Francisco Eugenio Bustamante, Cecilio Acosta, Chiquinquirá, Coquivacoa, Bolívar, Cacique Mara y Caracciolo Parra Pérez.

Pocas opciones

En una botiquería situada también en La Limpia, el liolactil, orestor y el hidrasec -que hacen posible la regularización de la ora intestinal- no llegan desde mediados de año.

“Hay lactovac, pero contiene lácteos y los intolerantes no pueden consumirlo”, explica un farmacéutico. El precio por los 12 mililitros es de Bs. 53.000.

Los antidiarreicos también están ausentes en un ambulatorio del municipio San Francisco. “Y si llegan son pocas cajas que no alcanzan”, expresó un empleado.

En una reconocida venta de insumos médicos y quirúrgicos de la avenida Bella Vista, los fármacos para contrarrestar las continuas evacuaciones intestinales semilíquidas desaparecieron desde hace más de cuatro meses.

“No tenemos nada de eso”, contestó un trabajador.

Se disparan los precios

La escasez incrementa el valor monetario de los medicamentos en existencia. Una alternativa para Jesús es el furoxil en gotas, de 30 mililitros. Pero su costo es de 33 mil 500 bolívares.

El metronidazol de 250 miligramos, que se prescribe en casos de cuadros de diarrea con presencia de amibas, cuesta 170 mil bolívares.

“Se tiene que dar muchas vueltas para encontrarlos”, refuta. Los sueros tomados, que alcanzan para medio litro, cuestan 64 mil bolívares. “Todo está muy caro. Enfermarse es un lujo”, dice quien se desempeña como electricista.

Jesús Espinoza se sintió aliviado de haber conseguido el furoxil, luego de hacer un “maratónico” recorrido por la ciudad. La mengua de medicaciones le preocupa. “Eso pasa con cualquier padecimiento, son muchos los pacientes que están sufriendo”, lamenta.

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