El diario plural del Zulia

“Agua” de cereales y tubérculos: Sustitutos peligrosos de la leche

La ONG Cáritas de Venezuela alerta sobre el impacto del hambre en los niños y sugiere al Gobierno un CLAP con multialimentos

Luisanyelis Villalobos mira con ojos saltones. Sus manos y pies se mueven coordinados, mientras succiona con fuerza la mamila de su tetero. Suelta a ratos un llanto desesperado y retoma la acción
que le calma el hambre.

Su pequeña humanidad refleja a simple vista la carencia de alimento en una familia que fue abandonada hace 10 meses por la gura paterna y que se sostiene con una madre desempleada, que vende dulces para poder darles de comer al menos arroz, yuca o plátano.

Con cinco meses de nacida, Luisanyelis pesa apenas 3 kilos 200 gramos, lo que significa 2 kilos 400 gramos menos de lo que debería pesar a su edad.

Luisana Urdaneta la carga mientras ella continúa su afán con el tetero lleno de leche maternizada y lechosa.

De piel morena y mirada triste, la mujer de 33 años cuenta que se siente impotente al no poder darle a su hija menor ni a sus otro cuatro hijos (15, 13, 10 y 2 años) el alimento que necesitan para crecer sanos. La niña es una de las pacientes con desnutrición que asisten los martes a la Casa de la Misericordia, donde la Fundación Ángeles Chiquinquireños atiende diversos casos provenientes de los sectores más humildes de Maracaibo.

“Cuando ella tenía 20 días de nacida tuve que dejar de darle la teta porque me dio mastitis (inflamación dela glándula mamaria). Le daba agua de arroz porque no tenía cómo comprarle un pote de leche que costaba unos ocho millones de bolívares. Después de eso comenzó a perder peso y poco a poco
se fue poniendo flaquita. No tengo qué darles de comer y eso me desespera”, dice Urdaneta.

Andreína Castellano, nutricionista de la fundación, destaca el daño de privar de la teta al niño por desinformación ante una enfermedad o por su ausencia. Esto, en su opinión, ocurre más de lo que se piensa. “No educamos a las madres y ellas no saben que la leche de sus senos contiene todo lo necesario
para el recién nacido. Si la mamá tiene alguna infección y está tomando antibiótico, debe suspender la lactancia, pero al terminar el tratamiento puede retomarla”.

Castellano detalla que el éxodo de madres ocasiona el abrupto destete de algunos niños que terminan ingiriendo agua de cereales, tubérculos o plátano. “En estos casos, la madre puede dejar leche congelada distribuida en porciones para alimentar al infante. Pueden durar seis meses en el congelador”.

No los nutren

Desde hace unos tres años los casos de desnutrición infantil que atiende la Casa de la Misericordia se agudizan, según el doctor Énder Echeto, médicopediatra con 47 años de experiencia y quien atiende en la Casa de la Misericordia.

“La base de la vida son las proteínas y en los lactantes la proteína es la leche. Si los bebés no la consumen
están corriendo el riesgo de llegar a sufrir desnutrición. Las madres, erróneamente, le dan yuca u otros cosas que realmente no los nutren”, explica.

Echeto comenta que a la casa llegan niños que por su edad deberían pesar 9 kilos, por ejemplo, y en vez de ello pesan 5. “Son pequeños que terminan enfermos. En ocasiones llegan niños desnutridos listos para partir al cielo y con nuestra asistencia mejoran, pero lamentablemente también hay otros que no aguantan porque se complican con alguna otra cosa y mueren”.

Celia Dao, miembro fundador de Ángeles Chiquinquireños, informó que actualmente manejan 39 casos de desnutrición en diferentes grados. “La población de niños desnutridos que atendemos cambió de poco tiempo para acá. Antes llegaban casos de municipios apartados, ahora la mayoría son de aquí mismo de Maracaibo”.

Dao detalla el caso de una wayúu que perdió a dos de sus hijos, uno, de 1 año murió en septiembre pasado, pesaba seis kilos, y el otro falleció dos meses después, tenía cuatro meses y pesaba 3 kilos 800 gramos. “Nos preocupa porque tiene tres niños más y está embarazada”, advierte.

Castellano explica que los casos más graves son evaluados semanalmente y su evolución depende del cuidado en el hogar. Destaca entre las características más resaltantes de un paciente con desnutrición la despigmentación del cabello y la falta de masa muscular, como es el caso de Luisanyelis.

Estudios aportados por la ONG Cáritas de Venezuela revelan que la desnutrición en el país se sitúa en 16,2 %, es decir, 11,2 % más que las estadísticas de riesgo que desatan las alarmas de la ONG. Yanet Márquez, directora nacional, refiere que cada cuatro meses, cuando hacen las evaluaciones, se elevan
en promedio 1,5 % más las cifras.

La socióloga sugiere al Ejecutivo impulsar la entrega de CLAP para los niños con multialimentos: leche maternizada, leche completa, cereales y vitaminas, entre otros, además de un kit higiénico: jabón, champú y cremas.

“El trabajo que hacemos cubre apenas el 10 % del total de casos, así que queda 90 % al margen. Si el Gobierno implementa políticas sociales eficaces, estoy segura que en unos meses los niveles de desnutrición bajarían”.

Márquez reconoce que es difícil recomendarle a la familia una alternativa alimenticia. “Lo principal es que la gente tenga capacidad de ingresos y pueda comprar comida. Creo que lo mejor para la familia es que lleven a los niños al médico para que sean evaluados. Que no se tomen a la ligera la delgadez en los niños y que no esperen a que todo empeore”.

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