147 familias del barrio 19 de Abril viven en zona de riesgo
Unas 682 personas residen sobre suelos arcillosos. Protección Civil alertó en 2012 que las viviendas podrían colapsar
El piso está desnivelado, cada mes que pasa se hunde un poco más. Las extensas grietas presentes en las paredes de la casa de Rita Velázquez anuncian que algo no está bien: La construcción se halla sobre un terreno con canales subterráneos de agua.
Entre calles de arena, la mujer vive junto a sus dos nietos en el sector cuatro “A” del barrio 19 de Abril, específicamente en la avenida 71; donde 147 familias ―en total 682 personas― se encuentran en su misma situación.
Todos los días, la tierra de su patio luce húmeda, como cuando acaba de llover. El monte se expande rápidamente. A causa del deterioro de la infraestructura que la cobija, Velázquez teme por su integridad y la de sus pequeños.
“¡Dios mío, mi casa no puede estar así!”, expresa cuando llega del trabajo y mientras se detiene a observar la estructura. Desde el año 2008, el ama de casa está a la espera de la reubicación prometida entonces por el Gobierno nacional.
Alerta clara
El 15 de julio de 2012, la Organización de Protección Civil y la Administración de Desastre de Maracaibo determinó que el terreno posee un alto nivel freático, lo que significa que en el interior de la tierra las aguas alcanzan su punto máximo de profundidad.
Además, el tipo de suelo de la zona es de arcilla expansiva; esa es la causa del hasta ahora ligero hundimiento de las viviendas y del desnivel de ese tramo de la parroquia Francisco Eugenio Bustamante.
Derrumbes latentes
El informe emitido hace ya cinco años detalla que la “mala calidad” de los materiales utilizados para construir las viviendas las vuelve aún más vulnerables en caso de presentarse cualquier evento natural adverso.
Para la comunidad, el hecho más temido son los sismos. “Si aquí temblara muy fuerte, las casas no lo resistirían”, opina Mística Márquez, quien vive con un hijo de 35 años que se encuentra en silla de ruedas.
La cercanía de una cañada es otra de las amenazas. Cuando llueve, los vecinos rezan para que no se desencadene un desastre.
El estudio de Protección Civil indica que las precipitaciones en el sector también podrían generar inundaciones o deslizamientos de tierra.
Proliferan las serpientes
En febrero del año en curso, una culebra apareció en el patio de Iris Wuer, como consecuencia de la constante humedad del suelo.
La madre de tres niños se encontraba en la tienda mientras los pequeños de cinco y dos años permanecían en sus habitaciones.
“Menos mal que mi esposo vio a la serpiente y la mató”, expresa ahora con alivio. Los escorpiones y los roedores son otros de los visitantes asiduos de las viviendas.
Sin servicios domésticos
Mística Márquez reafirma que no cuenta con servicio de gas, debido a la presencia de agua en el subsuelo.
La energía eléctrica también es un problema. Los vecinos instalaron un sistema de electricidad que, según Protección Civil, no cumple con el Código Eléctrico Nacional.
La comunidad realiza un nuevo llamado al Gobierno nacional para que concrete la necesaria reubicación.
